La ausencia de estrógenos, que es el factor desencadenante de la menopausia, es consecuencia del cese de la función ovárica, debido a la desaparición de las células reproductoras femeninas.
La falta de secreción será la responsable de la aparición de la sintomatología climatérica a corto, medio y largo plazo.
En nuestro medio, la menopausia, que supone la desaparición total y estable de los periodos menstruales, y que seria la manifestación clínica principal del cese de la función ovárica, se establece entre los 45 y los 52 años de edad, con una mayor incidencia entre los 49 y 50 años .
El momento de aparición de la menopausia estará determinado por factores hereditarios, constitucionales, raciales, socio – económicos, de fecundidad y de dolencias generales y/o genitales concomitantes .
La aparición de la menopáusia puede repercutir en la calidad de vida de la mujer.
Puede afectarlas desde su en su futuro más inmediato, hasta en la irrupción, a largo plazo, de patología que pondría en riesgo dicha calidad de vida, e, incluso su supervivencia.
Es fundamental ordenar cronológicamente la posible aparición de problemas de salud que lleva aparejada la irrupción de la menopáusia.
Vemos que existe una modificación substancial,en los perfiles de riesgo, a medida que las mujeres cumplen años. De ahí la necesidad de establecer estrategias terapéuticas que den respuesta a estas necesidades en cada momento.
Problemas clínicos y factores de riesgo en el climaterio Ante cualquier amenaza de salud es imprescincible desarrollar mecanismos predictivos que permitan identificar pacientes con mayor suceptibilidad de padecer determinadas patologías.
Una vez identificada la amenaza, debemos implantar estrategias que reduzcan la aparición de las mismas. Contamos con dos herramientas: los habitos de vida y la utilización de fármacos. HABITOS DE VIDA SALUDABLE:
Se deben ajustar al perfil individual de cada paciente. AUSENCIA DE HABITOS TOXICOS (PRINCIPALMENTE TABACO) EJERCICIO FISICO DIARIO DIETA EQUILIBRADA SOPORTE ADECUADO DE CALCIO Y VITAMINA D. ELECCION DE SOPORTE FARMACOLOGICO
La indicación de los fármacos disponibles en el arsenal terapéutico para solucionar la patología asociada a la menopausia debe de seguir dos premisas fundamentales:
INDIVIDUALIZACION:
El perfil de cada paciente es único. Debemos elegir aquel fármaco que de más oportunidades de mejora a su situación.
Es importante entender que esta puede ser cambiante y por lo tanto las indicaciones terapéuticas también lo han de ser.
La elección se ha de basar en el principio de ser muy estrictos con su indicación, reducir al máximo los efectos no deseables y mantenerlos durante el tiempo que le sean útiles a la paciente, no rebasando nunca los datos sobre seguridad de cada uno de ellos .
El tratamientode la sintomatologia a corto plazo es sindrome vasomotor. El sofoco y sudoraciones, insomnio, labilidad vaginal emocional, sequedad vaginal y disminución de los libidos
Es el primero en aparecer tras la menopausia.
Lo padece el 75% – 80% de las mujeres menopáusicas. Su mayor incidencia se presenta durante el primer año de la instauración de la misma.
El tratamiento de elección es la THS, tanto en forma de estradiol como de tibolona, con más de un 90% de éxito en el tratamiento.
Son las únicas sustancias que han demostrado su eficacia con un nivel de evidencia científica máxima. Debe limitarse su utilización a las pacientes sin contraindicaciones, a la menor dosis posible y durante el menor tiempo posible que nunca excederá los 6 años de tratamiento.
Otras alternativas terapéuticas presenta una eficacia inferior a los anteriores, con niveles de evidencia científica más bajos. Suponen una buena alternativa en pacientes con contraindicación absoluta a la THS – tibolona, o para aquellas que rechacen, pese a tener indicación, la utilización de las mismas.
La osteoporosis .
La osteoporosis es la enfermedad más frecuente, en la mujer, a partir de los 50 años. Se define como un trastorno del esqueleto caracterizado por una alteración de la resistencia ósea, que predispone a una persona a un mayor riesgo de fracturas.
Es una enfermedad con consecuencias graves que condicionan la morbi-mortalidad de las pacientes. Puede generar un grado importante de discapacidad en quien las padece.
A partir de los 50 y coincidiendo con la menopausia se produce una pérdida importante de masa ósea, consecuencia de la desaparición de la secreción de estradiol.
Si no es controlada terminará generando una osteoporosis.
La densitometria mineral ósea es el mejor procedimiento diagnóstico para la identificación de la presencia de la enfermedad.
Se mide la Densidad Mineral Ósea (DMO) mediante rayos X (cantidad de calcio y otros minerales). Permite estimar el riesgo de desarrollar fractura.
Las mujeres con osteoporosis establecidas ( T score < – 2.5 ) o con fracturas por fragilidad serán tratadas, además de con terapias no farmacológicas, con agentes farmacológicos específicos.
Para aquellas pacientes con osteopenia densitométrica asociada a la presencia, en su historia clínica, de factores de riesgo de padecer la enfermedad, también son susceptibles de tratamiento farmacológico
Las estrategias de prevención, basadas en la alimentación, el ejercicio físico y ausencia de tóxicos, principalmente el tabaco, deben instaurarse desde la infancia y acentuarse en la postmenopausia.
La evidencia clínica disponible señala que todos los tratamientos disponibles reducen el riesgo de fractura vertebral en mujeres menopáusicas con osteoporosis. También, algunos de ellos pueden reducir el riesgo de fracturas no vertebrales y de cadera.
El balance entre riesgos potencias y beneficios obtenidos debe supeditar la elección del fármaco. Los agentes antirresortivos y los agente anabolizantes son los principales agentes terapéuticos.
Los agentes más utilizados son los antirresortivos, que reducen el riesgo de fractura y preservan la masa ósea, estabilizando la microarquitectura ósea por inhibición de los osteoclastos. Si tienes dudas sobre ese artículo o quieres más información, contáctanos!